Por Ariel Aloi*
A días de la consumación de las elecciones muchos quieren disimular sus lógicas, imposiciones y negociados. Frente a la ciudadanía, una tropa de sonrisas para las fotos y estribillos sobre las bondades presentes, advierten el valor de las “muchísimas obras” y de todo lo “que falta”. Pero Gutiérrez no sabe si hacer las maletas o pugnar por un rinconcito en los altares de la política quilmeña.
A días de la consumación de las elecciones muchos quieren disimular sus lógicas, imposiciones y negociados. Frente a la ciudadanía, una tropa de sonrisas para las fotos y estribillos sobre las bondades presentes, advierten el valor de las “muchísimas obras” y de todo lo “que falta”. Pero Gutiérrez no sabe si hacer las maletas o pugnar por un rinconcito en los altares de la política quilmeña.
El domingo se vota, es un hecho. Se lo ve al intendente desfilando a caballo de barrio en barrio, quizás para recordar que todo “lo que falta” es lo que faltó o empeoró desde que se conoce la pobreza: la extensión de las villas miserias, las precarizaciones en las condiciones de vida, la salud y la educación desmoronadas, el avance de los narcos y las adicciones en la juventud, la precarización de los trabajadores municipales, la contaminación, las inundaciones, entre un sinfín de problemáticas que se incluyen en el disimulo del discurso oficialista.
Pero Gutiérrez tiene “gestión” para pasar a la historia de Quilmes como el Intendente que buscó diseñar la Ciudad de acuerdo a los preceptos de las transnacionales, con dos hechos emblemáticos:
- En primer lugar, el intento por aprobar el negocio “Nueva Costa del Plata” con Techint, sobre tierras obtenidas durante la dictadura militar y el menemismo. Además de profundizar la crisis social y la extensión de la línea divisoria entre ricos y pobres, de aprobarse hubiese significado un nuevo desastre natural. Con el proyecto Techint derrotado, Gutiérrez debió aprobar a escondidas y de forma “exprés” un acuerdo vergonzoso con la “Corporación Antiguo Puerto Madero”, con el apoyo de los candidatos de Sergio Massa.
- En segundo, la instalación de supermercados transnacionales a contramano de los pequeños y medianos comerciantes. Las intentonas de Jumbo y Carrefour son las más notables, fuertemente resistidas por los sectores medios.
Sin embargo, en una terrible contradicción entre el decir y el hacer, el Jefe Municipal habla con ligereza de diálogo, de respeto y de tolerancia. Las ligerezas pueden ser irresponsables si en el distrito el diálogo es con las empresas transnacionales, el respeto hacia los negociados y la tolerancia es un gobierno gestionando detrás de vallas, infantería y patotas de la UOM.
Naturalmente, el domingo se vota, entre valijas y velas; pero las elecciones pasarán. Gutiérrez augura un prominente triunfo, al igual que sus socios massistas. Cierto, para las elecciones van separados, pero para los negocios, juntos. Evidentemente no se pueden encadenar posibles salidas a los sectores a los que nada les importa la pobreza y que sólo piensan en negocios para pocos. ¿El domingo habrá que votar al Puerto Madero de oficialistas y massistas, al Jumbo o al Carrefour? ¿Qué harán los plumíferos concejales si se acaban los negocios? Nuestra posición es certera.
Algunos de estos personajes suelen reclamarnos la participación electoral y el cambio desde dentro. En este sentido vale recordar las palabras de nuestra compañera Luciana Santillán, dirigente de nuestra organización, en una entrevista a la Revista Sudestada: “Para disputar el poder, te diría que lo menos importante es el programa y la herramienta electoral, para construir un poder revolucionario necesitamos una fuerza y una conducción revolucionarias, hombres y mujeres que con audacia estén dispuestos a revolucionarse y a entregarlo todo en la lucha por el poder del pueblo y la revolución, en ese camino estamos desde la OLA junto a otras fuerzas de la Argentina.”
No descartamos la participación electoral, recordando nuevamente la sana y sincera preocupación de la Concejal Eva Stolzing. Lo que sí descartamos es aceptar pasivamente el desembarco de la Corporación Antiguo Puerto Madero o la ejecución de cualquier proyecto privado y millonario a costa de crisis sociales y ambientales. Son tiempos de resistencia, pero sin dudas, ya llegarán los tiempos de irrupción y de ofensiva.
NI UN PIE DE LA CORPORACIÓN ANTIGUO PUERTO MADERO EN QUILMES
LA COSTA DE QUILMES, VERDE Y PARA EL PUEBLO
DE LA RESISTENCIA A LA IRRUPCIÓN PATRIÓTICA Y LA OFENSIVA POPULAR
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