martes, 27 de octubre de 2015

La crisis más grande en nuestro país está en los valores de su gente.



Por Ali Rida Eric Peralta

Una constante en las políticas de acumulación del kirchnerismo fue la de cobijar como fuerza propia a personajes impresentables, desde sus inicios se encaminaron a regenerar una salida de corte netamente liberal, de vuelta a la década del 90, firmando finalmente la defunción del modelo nac&pop cuando definió su continuidad de la mano de Scioli.

Los conductores de la década recrearon durante años significantes nacionales y populares bajo la referencia de personajes del liberalismo más rancio, políticos nacidos de las expresiones locales apátridas, cobijados por el sesgo progresista que la crisis del neoliberalismo dejo en nuestro país, otorgando como salida algunas concesiones de las clases dominantes hacia los sectores medios y populares, sosteniendo desde allí un reacomodamiento del sistema bipartidista, que desde nuevas alianzas e identidades político-partidarias se reciclaron para seguir en el ruedo.

Poco más de una década después el kirchnerismo expresa un agotamiento, y su recambio viene de los sectores del empresariado usurero y liberal, parte de estos apañados y reciclados por el propio oficialismo, esto se evidencia en algunos de los feudos provinciales y el avance de los reaccionarios en las principales ciudades, que han pasado hoy a manos del macrismo.

Como hemos sostenido, el kirchnerismo opto por el liberalismo, y lo reafirmó dándole su continuidad a Scioli, pero el cambio que se ha plasmado es aún peor, ha habido una re afirmación de las políticas liberales, de entrega y saqueo, eso es Macri y su expresión local de la mano de las referencias liberales más patéticas.

Resulta increíble que la Argentina, su gente, siga apostando por los responsables de la entrega de nuestra soberanía a manos de los monopolios y las trasnacionales del saqueo, eso representaban en estas elecciones los tres candidatos liberales Scioli, Macri y Massa, con cualquiera de ellos como presidente seguiremos de manos atadas.

Esta realidad nos pone ante algunas urgencias, saliendo al ruedo en defensa de la Pagonia y la Soberanía Territorial, enfrentando la herencia que nos dejará el kirchnerismo de la Barrick, Monsanto y Cargill.

Claro que la herencia de la década ganada también es una militancia propia de la decadencia que atraviesa todo, pero así de patético es el progresismo y la izquierda for expor que tenemos, el occidente senil expresado en la politiquería doméstica y berreta.

Hay que darle, meterle pata, y tener en perspectiva la fuerza para golpear a los grupos narcos, responder con ofensiva en distintos frentes. Cierto es que con Macri de presidente no habría ya lugar para políticas pendulares, de doble rasero, habría que encaminarse sin medias tintas en generar una única y efectiva oposición con lo más consecuente, yendo incluso a contramano del "ciudadano" y su legitimación del liberalismo más rancio.

La lucha ha de ser también meta política y cultural, hay mucha ceguera influenciando en las posiciones de algunos hermanos, pero esos límites, al igual que otras expresiones, demuestran que hay que darle conducción a un verdadero reagrupamiento de fuerzas verdaderamente consecuentes y dejarse de alianzas espurias.

Lo más grave del escenario que se abre es que Macri se meterá de cabeza en la estrategia del sionismo, y hay que ser contundente en la condena al apartheid global de las oligarquías, el Plan Andinia debe ser nuestro caballito de Batalla junto con Malvinas y la Antártida, espacios territoriales que Macri ha manifestado entregará a la voracidad de las trasnacionales.

Mauricio Macri, como gerente de Israel en la Argentina, plasmará desde su gobierno una nueva alianza regional, dando apoyo al apartheid que sostiene la entidad sionista desde la ocupación ilegítima de Palestina y los crímenes que financia en todo Oriente Medio.

Esta sociedad con el macrismo en el gobierno nacional sería también la habilitación directa para la ocupación de la Patagonia, buscando darle continuidad al Plan Andinia, para el que ya se han habilitado en los últimos años incursiones terrestres del Ejército Israelí conjuntamente con fuerzas de seguridad nacionales.

No debería sorprendernos que Macri siendo gobierno sostenga también apoyo militar al régimen sionista, enviando argentinos a participar de los crímenes de la entidad ocupante de Israel contra los palestinos, y formando a las fuerzas de seguridad internas en la inteligencia y metodologías terroristas de la Mossad y la CIA.

Por otra parte la democracia, como modelo de organización de la vida social y política, hace agua por todos lados, hay que discutir verdaderamente cual es aquí la revolución necesaria, una vez más las mayorías han expresado con absoluta claridad que la crisis más grande en nuestro país está en los valores de su gente.


*Secretario General de LAUTARO/OLA-Organización para la Liberación Argentina.

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