jueves, 5 de diciembre de 2013

9 AÑOS SIN RUBEN BATALLES

 Por Ariel Aloi*

Figuran en las biografías de las revolucionarias y revolucionarios numerosas características que se empalman en fechas notables, procesos apasionados y destinos disimiles. Hay hombres y mujeres que no admiten la muerte ni con su desaparición física y persisten al tiempo y a los difíciles tránsitos dando concejos que no perecen a pesar de las ausencias.


Hubo un compañero, un hermano y un amigo que sin saberlo construyó un pedazo de nuestra historia. Sin dudas, los revolucionarios suelen alojar semillas en la tierra posible sin saber con precisión de los tiempos de germinación ni de la extensión de sus raíces o de sus esperanzadores brotes. Rubén Batallés fue un persistente sembrador de organización revolucionaria y rebeldías continuas.

La primera referencia a su persona que resuena en nuestra historia fue a principios de 1969, en los primeros comandos del naciente Partido Revolucionario de los Trabajadores: junto a Santucho y a otros hermanos protagonizaba una expropiación récord para la época del Banco de Escobar. En la retirada seria detenido, permaneciendo en condición de prisionero hasta los días del Devotazo en 1973. En libertad se reintegraría a lo que ya era el PRT-ERP aportando a la guerra revolucionaria desde la logística y la propaganda. En 1974 volvería a ser capturado por el ejército, logrando recién la libertad en la etapa final de la dictadura genocida y el reacomodamiento de las clases dominantes con la democracia parlamentaria.

Son muchas las tareas, responsabilidades y proyectos que gestó Rubén Batallés en los 80 y 90. Pero creo firmemente que muchos de sus sueños se grabaron definitivamente en la refundación del nuevo Partido Revolucionario de los Trabajadores-PRT Santucho en tiempos de la rebelión popular, después de duras frustraciones en los 80 con el apoderamiento del Partido por parte de una burocracia seudo perretista y la liquidación del ERP. El “Pelado” o “Cura”, como le decíamos, en las décadas posteriores a la derrota estratégica jugaría un rol fundamental para recuperar gran parte de la construcción política e ideológica demonizada hasta el hartazgo por las clases dominantes, con la complicidad de los sectores residuales y revisionistas, como él mismo los denominaba. No es excesivo sostener que mientras algunos personajes moldeaban la historia a sus propios temores y derroteros, Rubén Batallés se aferraba a las banderas caídas y persistía en su reinstalación en la vida política nacional.

Hablar del “Pelado” es sin dudas emocionante para quienes tuvimos el privilegio de estar cerca y aprender de su humilde grandeza: su temple de acero, su amor revolucionario, su decisión ante cada adversidad y la persistencia para lograr lo que para otros tantos era imposible. ¡Pero si para Rubén no había imposibles!

El 14 de diciembre de 2004 fallecía dejando una huella imborrable en nuestros corazones y mentes. Es, sin dudas, parte de nuestra historia y de esta OLA naciente, rebelde e intransigente, que reúne a un puñado de hombres y mujeres libres que con la acción patriótica y revolucionaria sabrán honrar su memoria.

¡GLORIA ETERNA A RUBEN BATALLES!
¡A VENCER O MORIR POR LA ARGENTINA!


*Integrante del Secretariado Nacional de la Organización para la Liberación Argentina-OLA

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