Desde la Crisis de los Misiles de
Cuba hasta el frenesí de los combustibles fósiles, EE.UU. tiene la intención de
ganar la carrera hacia el desastre. Esa es la opinión del filósofo, lingüista y
activista estadounidense Noam Chomsky.
“Por primera vez en la
historia de la especie humana, hemos desarrollado claramente la capacidad de
destruirnos a nosotros mismos. Esto ha sido así desde 1945. Ahora, finalmente,
se reconoce que hay procesos a largo plazo como la destrucción ambiental que
lleva en la misma dirección”, asegura Chomsky en su más reciente ensayo,
publicado en Tomdispatch.com.
Según el lingüista, las
sociedades menos desarrolladas están tratando de mitigar o de superar estas
amenazas. “No están hablando de guerra nuclear o desastre ambiental, y
realmente están tratando de hacer algo al respecto”, dice.
El filósofo resalta las
políticas de países como Bolivia, que tiene “una mayoría indígena y
requerimientos constitucionales que protegen los derechos de la naturaleza”, y
Ecuador, que también tiene una gran población indígena “y es el único
exportador de petróleo que conozco donde el Gobierno busca ayudar a que ese
petróleo permanezca en el suelo en lugar de producirlo y exportarlo, y es en el
suelo donde debe estar”.
Según Chomsky, en el otro
extremo las sociedades “más ricas y poderosas de la historia del mundo, como
Estados Unidos y Canadá, corren a toda velocidad para destruir el medio
ambiente lo más rápidamente posible. A diferencia de Ecuador y las sociedades
indígenas en todo el mundo, quieren extraer hasta la última gota de
hidrocarburo de la tierra a la mayor velocidad posible”.
El otro asunto que analiza
Chomsky es la guerra nuclear. “Acabamos de pasar el 50 aniversario de la Crisis de los Misiles, que
fue considerado el momento más peligroso de la historia por el historiador
Arthur Schlesinger, asesor del presidente John F. Kennedy. Sin embargo, lo peor
de estos eventos nefastos es que no se ha aprendido la lección” afirmó.
“En estos momentos el tema
nuclear está frecuentemente en las primeras planas, como es el caso de Corea
del Norte e Irán”, apunta el activista.
Los recientes ejercicios
militares de Corea del Sur y EE.UU. en la península coreana que han dado paso a
las amenazas de Pyongyang de realizar un ataque nuclear, desde el punto de
vista del Norte debieron lucir amenazadores. “Nosotros los veríamos como
amenazadores si ocurrieran en Canadá y nos tuvieran como blanco”, agregó.
“Esto, sin duda, despierta
alarmas del pasado. Ellos recuerdan ese pasado, así que reaccionan de una forma
muy agresiva y extrema. No es que no haya alternativas, sino que las
alternativas no se implementan. Eso es peligroso. Así que si uno se pregunta a
qué se va a parecer el mundo, no es una bonita imagen. A menos que la gente
haga algo al respecto”, concluye Chomsky.
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