Acerca del proyecto para que voten los mayores de 16 años
En las ultimas horas a estallado en los medios masivos de comunicación el debate acerca de la posibilidad de que los y las jóvenes puedan votar a partir de los 16 años.
El tema surge en los medios a partir del proyecto del Senador Aníbal Fernández para otorgar este derecho a los jóvenes entre 16 y 18 años. Rápidamente dirigentes políticos de distintos espectros salieron a posicionarse con respecto a esta iniciativa.
En las siguientes líneas intentaremos profundizar sobre este debate y abrir otros que creemos fundamentales en torno a la participación política.
El proyecto de Fernández comienza señalando que, “Este proyecto tiene como objetivo la ampliación de los derechos políticos de los jóvenes de entre 16 y 18 años de edad”.
En primer lugar debemos indicar que limitar el debate sobre la “participación política de los jóvenes” al hecho de sufragar, es de por si un error, y a la vez una muestra a las claras de los limites del actual gobierno. Ya sea en los jóvenes o en los “adultos” la democracia y los derechos políticos no pueden ni deben reducirse al hecho de concurrir a elegir cada dos años a sus representantes.
El proyecto que según el Senador “significa la profundización de un proceso de participación política” establece que a partir de los 16 años “Los jóvenes están en condiciones de elegir a sus representantes en el terreno político.” Sin embargo nada aporta en el cambio social y cultural que resultaría pasar de una Democracia Representativa a una Democracia Participativa. Este es el debate de fondo que nos debemos los Argentinos, para refundar nuestra nación.
En primer lugar debemos indicar que limitar el debate sobre la “participación política de los jóvenes” al hecho de sufragar, es de por si un error, y a la vez una muestra a las claras de los limites del actual gobierno. Ya sea en los jóvenes o en los “adultos” la democracia y los derechos políticos no pueden ni deben reducirse al hecho de concurrir a elegir cada dos años a sus representantes.
El proyecto que según el Senador “significa la profundización de un proceso de participación política” establece que a partir de los 16 años “Los jóvenes están en condiciones de elegir a sus representantes en el terreno político.” Sin embargo nada aporta en el cambio social y cultural que resultaría pasar de una Democracia Representativa a una Democracia Participativa. Este es el debate de fondo que nos debemos los Argentinos, para refundar nuestra nación.
Yéndonos por unos instantes de proyecto propiamente dicho, no podemos dejar de señalar la hipocresía de aquellos que con afán de oponerse a todo salieron a cruzar al ex jefe de ministros. La inmensa mayoría de los que piden a gritos la baja de la edad de imputabilidad hoy se oponen a este proyecto desde una posición de subestimación hacia los jóvenes poco mas que deplorable, según ellos, quienes están lo suficientemente maduros como para ser penalmente responsables y poblar las cárceles comunes en caso de que comentan un delito, no están, sin embargo preparados para votar.
Retomemos ahora el proyecto de Fernández. Como decíamos la iniciativa prevé otorgar el derecho de ejercer, de forma voluntaria, el derecho al voto, sin embargo no modifica los requisitos que se necesitan para ocupar un cargo electivo como puede ser por ejemplo una diputación nacional, para la cual se requiere ser mayor de 25 años. Es decir un joven puede votar desde los 16 pero debe esperar hasta los 25 para presentarse como candidato a nivel nacional, o en el caso de la provincia de Buenos Aires hasta los 22 no puede ser ni siquiera concejal. Extraño lugar se le otorga a los jóvenes en un país en el cual a los 18 años se puede cumplir una condena en una cárcel común, salir del país libremente, adquirir una propiedad, ejercer el derecho al voto, entre tantas otras cosas pero de ningún modo puede decidir sobre el destino, ni siquiera de su ciudad.
Pasando en limpio, de ninguna forma podemos decir que estamos en contra de que los jóvenes puedan votar a los 16 años, sino que creemos que si el debate no se profundiza, estaremos nuevamente asistiendo a una gran farsa en la cual los jóvenes seremos, una vez más, convidados de piedra.
Los grandes procesos de cambios que atraviesan los pueblos de Nuestra América se basan en
Sin embargo en nuestro país no se ha llevado adelante ni uno solo de estos mecanismos.
El cambio social y cultural que se debe nuestra Patria, no es otro que pasar de una Democracia Formal, Representativa a una Democracia de Masas, una Democracia Participativa, solo en este marco podemos hablar realmente de ampliar derechos y fomentar la participación.
Facundo “apache” Villalba
O.L.A.
Jóvenes Al Frente – Corriente del Pueblo.
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