OLA-Organización para la Liberación
Argentina
Generaciones mapuche pewenche han sostenido una misma
lucha e invitan a la sociedad no mapuche
a la comprensión de un conocimiento milenario vivo e indispensable para
alcanzar el küme mongen (buen vivir), basado en el equilibrio entre las personas
y la naturaleza; y que persiste incluso bajo la amenaza y las agresiones de un
estado que no ha sabido integrar y dar su correspondiente lugar a las
comunidades.
La continua y permanente absorción y despojo por parte de
la colonia, se ha actualizado con las nuevas formas de dominio que generaron
los nacientes estados nacionales al finalizar las guerras de independencia, las
nuevas naciones conducidas por la elite dominante sostienen hasta nuestros días
el pensamiento de la conquista, y sus propuestas políticas económicas, así como
su cultura impostada, dan continuidad al plan de exterminio de nuestros
hermanos y hermanas, y a la ocupación y el saqueo de nuestros territorios,
cuyas riquezas son codiciadas por las trasnacionales del saqueo asociadas a los
estados, a los negocios inmobiliarios de funcionarios, y a la ocupación
geográfica de las redes del narcotráfico y la trata de personas.
Pero el escenario más grave es el que se presenta frente
a la injerencia en estos conflictos territoriales y de derechos históricos
ancestrales, de las superpotencias, y su desarrollo regional en los planes de
apartheid global que impulsa principalmente el eje sionista-americano en
nuestro continente al igual que en otros lugares del mundo.
Quienes hablan de multiculturalidad, de derechos de las
comunidades, quienes ante las tribunas internacionales sostienen críticas al
nuevo orden mundial en marcha, sostienen fronteras adentro la aniquilación
sistemática, la persecución y expulsión de nuestros hermanos y hermanas de sus
territorios, la captura y condena, las agresiones a líderes comunales, atentados
selectivos contra werken, caciques, lonkos y qarashes, operaciones encubiertas
junto a los órganos de inteligencia de la elite global, quienes ya actúan en
los territorios con acciones selectivas que buscan lesionar las dinámicas de la
resistencia, y la vinculación de los grupos más organizados con el conjunto de
las comunidades en lucha en todo el continente.
En la Argentina, las guerras de la independencia las condujeron
patriotas con un ideario profundamente indigenista, así fue al menos la construcción
y la visión sanmartiniana y belgraniana, pero vieron ya en sus últimos años
como las elites nativas condujeron a los nacientes estados nacionales hacia la
plataforma de una oligarquía nativa obnubilada con la Europa de la que nos
habíamos liberado, y con un marcado desprecio a nuestras raíces (años después el
planteo y las luchas de las montoneras federales sería muy claro al respecto).
Programa oligárquico materializado con las grandes campañas de exterminio y con
la instalación del modelo agroexportador, surgido para la obtención de grandes
extensiones de tierra, acumulación de capital en bienes por parte de esa élite
feudal y gobernante, así fue que los planes de limpieza étnica se realizaron
asegurándose el reparto de las tierras robadas, haciendo de la tierra una mera mercancía,
alimentando su ciclo productivo con mano de obra esclava indígena.
Los sobrevivientes a la colonia y al surgimiento del
estado fueron despojados sistemáticamente de sus territorios ancestrales y
enviados a la explotación de los recursos saqueados, otros enviados al ejército
como fuerza de choque, muchos otros se convirtieron en peones de campo a cambio
de un plato de comida, otros fueron "privilegiados" como mano de obra
del servicio doméstico para la naciente oligarquía. Y claro está, hubo y hay
muchos otros que mantuvieron viva una tradición de resistencia, con valores y
virtudes, que hoy día continúan siendo un faro de luz para nuestras sociedades
en crisis.
Este mismo estado sin raíces en la verdadera y profunda
historia de nuestros pueblos y comunidades es
el que de la mano de Michel Bachelet ha solicitado la intervención de
Estados Unidos, evidenciando que el espionaje norteamericano es junto a las
fuerzas represivas de Chile quien combate al pueblo mapuche, así como sucede en
Paraguay con la participación de la Mossad en respuesta a la lucha campesina
indígena, así como se desarrolla de forma creciente en la Argentina la
represión abierta y selectiva desde la articulación de grupos vinculados al
narcotráfico, fuerzas de seguridad tradicionales y sectores civiles vinculados
a los feudos provinciales, en connivencia con el poder político y judicial.
La colonización cultural al día de hoy niega los derechos
ancestrales a pueblos y comunidades preexistentes, cuya sobrevivencia, lucha y
resistencia son la posibilidad cierta de sobrevivencia para los ecosistemas y
por ende de todas las formas de vida.
Ante esta realidad que se cierne sobre la geografía de
nuestro continente, con exploraciones y ocupaciones graduales de la entidad
sionista avaladas por los estados, con injerencia de la CIA y la Mossad en los
conflictos internos, con resistencias culturales, organizativas y de
proyecciones políticas lideradas por identidades y tradiciones ancestrales, con
articulaciones que se proyectan hacia todo el continente, es que se hace
absolutamente necesario concentrar esfuerzos para la comprensión del complejo
mapa que van ideando para la región las principales potencias y sus socios
nativos, proyectando estrategias de
mediano y largo plazo que nos encuentren con alternativas no solo de
resistencia y defensa en nuestros territorios, sino de articulación y
acercamiento con sectores de la sociedad que ante la crisis civilizatoria en
curso puedan encaminarse contenidos en una propuesta político-cultural que
sostenga una sabiduría perenne.
Desde paradigmas nacidos de la “tierra floreciente”, la
región de Abia Yala, con formas organizativas propias, con modelos comunales de
economía y justicia, con reciprocidad y complementariedad que nos hermanen con
la naturaleza, encaminados al encuentro de una humanidad plena, con raíces
profundas en la naturaleza, de resistencia extendida y unificada ante la
voracidad del materialismo manifiesto de la elite global.
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