A quienes sostienen con su
cuero como dijera el General Manuel Belgrano "que todos sepan el bien para
alegrarse, y el mal para remediarlo", a quienes se entusiasman con la sola
idea de una patria libre, justa, soberana y humanamente sustentable,
comprometida genuinamente y hermanada en la gran tarea de la emancipación de
nuestros pueblos latinoamericanos, sobre todo aquellos que sosteniendo su
militancia a contramano del posibilismo nos hemos ido encontrando para
reimpulsar ese gran movimiento patriótico que nos permita parar en los años por
venir una gran alternativa indígena, popular y revolucionaria para la Argentina.
A 10 años de la asunción de
Nestor Kirchner, pasada una década de proyecto "nacional y popular"
reafirmamos que no se ha alterado la ecuación, como deciamos en estos días de
intensas discusiones con organizaciones hermanas, el proyecto del kirchnerismo
ha sido, con distintos matices, insertar a la economía argentina como un
eslabón periférico y subordinado a la gran maquinaria del capitalismo global.
Durante la última década se
ha consolidado el país creado a través del proyecto neoliberal, la
recomposición de las clases dominantes en lo político tiene su reflejo en el
nuevo desarrollismo en marcha, reproduciendo de manera ampliada las bases
excluyentes de un modelo de saqueo de las riquezas naturales y precarización
extendida del trabajo y la vida.
En ese sentido nos hemos
movilizado contra el avance de la sojización del agro y la agroindustria,
contra el saqueo de las riquezas naturales a través de la minería a cielo
abierto y las mega-obras energéticas como base de un modelo económico lanzado a
la producción de materias primas e insumos para alimentar el ciclo global del
capital dominado por las grandes transnacionales.
Esto no significa que no
haya habido cambios en una década, o que el kirchnerismo sea simplemente más de
lo mismo. Muy por el contrario, los grandes cambios en lo socio-económico y en
las políticas del Estado, son expresión de todo lo que cambió en Argentina a
partir de la crisis de del 2001; pero también de lo que se consolidó a través
del cambio.
Como lo afirmara Belgrano
"ninguna cosa tiene su valor real, ni efectivo en sí mismo, sólo tiene el
que nosotros le queremos dar; y éste se liga precisamente a la necesidad que
tengamos en ella; a los medios de satisfacer esta inclinación; a los deseos de
lograrla y a su escasez y abundancia". Nuestro destino esta atado a la
revolución inconclusa de nuestra patria, a su definitiva independencia, no hay
espejismo que nos distraiga de esa tarea que solo será completada con la unidad
de los revolucionarios y el pueblo.
Desandar el neoliberalismo y
sus terribles consecuencias solo es posible sobre la base de un proyecto de
país diametralmente enfrentado al desarrollo y el progreso que promueve el
capitalismo, un proyecto estratégico de largo plazo cuyas bases deben surgir de
experiencias ancestrales como las del buen vivir, revitalizadas en la
organización y lucha indígenas actuales, y hacia la invención del socialismo
del siglo XXI que solo será posible con el protagonismo y la movilización de
nuestros pueblos enfrentando al imperialismo y sus socios nativos.
*Secretario General de la OLA-Organización
para la
Liberación Argentina.
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